Buenas a todo el mundo, queridos míos. Parece que cada vez me cuesta más colgar una entrada, pero esta es de las que me gustan.
Ayer, invitados por servidor y un productor pudimos degustar ciertas cosas que no se suelen ver por ahí.
Invitamos a varias narices (por desgracia algunas de ellas no pudieron asistir por temas personales de última hora), entre ellas a Gonzalo, de Guardianes de la cerveza que asistió con mucha alegría. Un cervecero excelente y mejor persona, me fascina con algunas de sus contestaciones que ahora no vienen a cuento, pero que aunque me hayan parecido equivocadas, ahora que lo pienso mejor, creo que esta en lo cierto. Maldita sea... Mira que tener razón al final...
Volviendo a la cata, Fermí de L'Hort del Barret nos dio a probar 5 cervezas:
-Tam Cuvèe, la receta original.
-Tam Cuvèe, la nueva receta.
-Calotte Cuvèe, la receta original.
-Calotte Cuvèe, la nueva receta.
-K****o.

Las recetas originales de Tam y Calotte, son básicamente las que podemos encontrar en botella siempre, pero maduradas durante 3 meses en barrica de castaño curada con whisky joven canadiense.
La Tam, a mí, personalmente me recuerda en fondo de sabor a un brandy. Por lo que me comentaba Gonzalo, le recordaba más al whisky, porque no le gusta este destilado y lo tiene muy presente. Dos bocas dos opiniones. Al final, a él le vinieron recuerdos de uvas pasas, que es lo que yo interpretaba como brandy.
La segunda Tam, con un sabor más profundo y con más presencia en lengua, se notaba ligeramente el "copage" realizado para facilitar la segunda fermentación en botella y propiciar la aparición de crema en servicio. A mi me gusta más así. Creo que le da más calidez, además de un color más semejante a la ciruela madura.
Segunda comparativa. Calotte, color melocotón turbio. Aromas afrutados con fondo ligero de piel de mandarina en nasal. No me acaba de convencer. Soy un enamorado acérrimo de la original, y creo que el envejecimiento no le sienta como a la otra. Es una buena y delicada cerveza, pero no es la mía. Altamente recomendable, sí, pero no para mí.

No me quedo con ninguna, pero eso lo digo para mí. Creo que son unas buenas variedades, pero no son mi estilo. Creo que pasaré a recomendarlas a quienes queráis una buena copa en mano, sentados una tarde de esas de sábado en las que solo te quieres quedar repantigado en el sofá, o puede que con una buena pierna de cordero o cabrito un buen domingo. A lo mejor, si te paras a pensarlo bien, hasta con unos polvorones en una sobremesa de Navidad...

No pienso desvelar más secretos, que no tenéis porqué saber nada de ella hasta que no esté acabada y vestida con sus mejores galas.
En fin, queridos míos. Si podéis, pasaros un día por aquí y llevaros una. Hacedme caso y estoy muy seguro de que os llevaréis algo estupendo para vuestras bocas.
Sin más, me despido y os dejo tranquilos, que seguro que tenéis cosas mejores que hacer.
Sed buenos, y no hagáis tonterías, que las Cruzcampo las carga el Diablo.
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