Me despido antes de que podáis empezar a leer, porque el poema es lo último que quiero que os quede en las retinas. Sed buenos y ya sabéis qué no habéis de beber... Salud.
Enamora solo con verla ahí tan llena de vida
vibrante y con en carácter de una Bière de Garde
llenando la sala con su risa alegre y fuerte
como de aromas llena la copa un Dry hopping.
Campos de cebada caen de su cabeza dejando
doradas espigas reposando sobre sus hombros.
Su piel de tonos tostados como copos de avena
es fina y sedosa como una buena Ale inglesa.
Sus ojos del color del flor del lúpulo fresco
miran con alegría el mundo de manera singular.
Sus labios suculentos y de color rojo intenso
tienen el aspecto de una dulce lámbica kriek.
Sus pechos llenos como sacos de malta
asoman por sus ropas del color de las Porter.
Bajo su corta falda unas piernas largas y carnosas
sostienen un cuerpo que bien podría ser el de una Trapense.
Todo intento por acercarme a ella fue infructuoso
hasta que la invité a tomar una copa de cerveza.
Me dio las gracias mostrando sus perfectos dientes
más blancos y tan refrescantes a la vista como una witbier.
Tiene un humor ácido y y salado como una Gose
pero su corazón es tan dulce como una Doble abadía.
El amor al igual que las Lager bien elaboradas
tiene su tiempo de guarda a la espera de madurar.
Si no pudiera yo seguir amándola como hasta ahora
sería como beber una IPA de 500 IBUs reales:
sin sentido, muy amargo y muy caro sería el trago
de no tenerla cerca de mí por cuanto mi corazón la anhela.
Eric Carranco.
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