Buenas, queridos míos todos. Os suplico dejéis de leer o tendréis una imagen de mía que no suelo compartir y de la que no me siento orgulloso: la mala leche que me corroe por dentro.
Esta es una carta de súplica a supuestos "maestros cerveceros artesanos":
Por favor: parad ya. Vosotros sabéis que no esta bien. No podéis hacernos esto al resto de los mortales que amamos la cerveza artesanal. Sabéis muy bien a quienes me refiero. A los que hacen cervezas tan malas que me hacen llorar en las solitarias tardes que me dedico a catar mercancía.
Si no tenéis ni puñetera idea de cómo hacer una cerveza en condiciones, con todos mis respetos, no las hagáis. Dejad que los sabios del caldo hagan sus brebajes mágicos, que ya son muchos y muy buenos. No os entrometáis en cosas como estas si no sois capaces de generar un producto en condiciones.
He tenido el dudoso placer de catar en grupo unas cuantas cervezas que esperaba no me dejaran indiferente. La verdad, es que no me dejaron indiferente ni satisfecho. Ni a mí ni al resto del grupo.
"Les falta algo". Es la frase que me comentó una de las personas que participaron en la cata que realicé. Y desde luego no se podían definir mejor. Les falta de todo. Crema, aroma, sabor, persistencia en boca... A algunas hasta les encuentro les sobra algo. Ese algo en casi todas es el carbónico. No me puedo estar tomando una English Ale artesanal española y que el exceso de carbónico me produzca una arcada... Ni que fuera una Barley Wine... Que por cierto, me encantan. Las BW.
Siento mucho tener que decirlo, y de verdad que lo siento cuando lo digo, pero estas porquerías son las que les dan mal nombre a las artesanales. Y lo digo con conocimiento. No es la primera vez que me discuto con algún ignorante que su opinión sobre la cerveza artesanal es que es "una mierda". Suerte tienen de que soy una persona cabal y he dejado de llevar cadenas de acero como en mi juventud más cañera, pero es que tienen razón. A medias. Si van y prueban un par de ñordos artesanales que sabe Dios de dónde han salido, como buenos analfabetos de la cultura breweriana, concretarán unos parámetros que no se coinciden con la verdad, pero sí con un pequeño segmento que nos destroza la boca a base de bien.
Vuelvo a sentirlo mucho cuando digo que algún día no muy lejano, todos estos gañanes de la cerveza acabaran por desaparecer en la más absoluta y ridícula ignorancia general. Lo malo no es que dejen de hacer la cerveza, eso será bueno. No. Lo malo es que muchos de estos espabilados que se han motivado mucho y han estudiado y experimentado poco, es que han pedido créditos para montarse las micro cerveceras y se los van a comer con patatas. Y Ya os digo yo que el banco no hace nada con una pequeña fábrica de algo que no sabe a lo que pretende. Lo malo es que ya han hecho daño con sus malas recetas, que dan a entender que una botella de Steinburg del Mercadona es mil veces mejor que esas "cosas" caseras que tienen intención de hacerle la competencia a la Cruzcampo.
Perdón si me extralimito en mis funciones de profesional, pero como público objetivo que soy creo que lo he de decir.
Vuelvo a pedir disculpas por los posibles daños morales que puedan causar mis sinceras palabras. Mi intención no es enfadar a nadie, aunque pueda parecer lo contrario. No voy a jugar a eso de "El que se pica ajos come" porque pueden haber algunos buenos productores de grandes cervezas que no se hayan percatado de que no me refiero a ellos. Tampoco pienso soltar un "yo lo haría mejor con los pies" porque sería mentira. Prefiero dejar el asunto a los que tienen capacidad, huevos y las ideas claras. Y creo que vosotros, los que hacéis cerveza que no pienso volver a probar en la puñetera vida, deberías optar por los mismo, o por la opción de hacer de aprendices hasta que la cerveza salga bien u os deis cuenta de que no valéis para esto.
Os voy a dejar una frase que espero os haga pensar. No es de mi cosecha, ni tiene que ver exactamente con el tema, pero si le cambiáis cuatro palabras, entenderéis el sentido.
"El que se cree que montar un bar es trabajo fácil, es que no ha trabajado nunca en uno. Luego te hacen unos bocadillos de mierda o no tienen cojones de hacerte unas bravas en condiciones".
Insisto: Siento ser tan duro, pero me estoy tomando una (cuyo nombre no pienso pronunciar aquí por respeto al trabajo que ha conllevado realizar a la susodicha), y no tengo claro si acabar con ella, porque creo que si lo hago será ella la que acabará conmigo, y eso me pone de muy mala leche en una tarde tan bonita como esta.
Que seáis felices, amados míos. Mirad bien lo que bebéis, que no os engañen. Que os digan la verdad.
Salut!
Ven a visitarnos, estamos en
C/Andrade, 2; Barcelona
Y no dejes de visitar nuestra Web
birrabirrae.webs.com
Como dijo Benjamin Franklin:
"La cerveza es la muestra de que Dios nos ama y quiere que seamos felices".
viernes, 25 de octubre de 2013
viernes, 18 de octubre de 2013
Nas d'escuma: Un intento de crear cultura más allá del vino.
Queridos míos, algunos de vosotros no sabréis esto, pero va siendo hora de que os lo diga alguien: Papa Noel no existe, y el vino no es la única bebida que se puede tomar comiendo. Lo primero es posible que ya lo intuyerais, sobre todo porque mis clientes y lectores son todos mayores de edad, pero lo segundo es algo que la gente no acaba de comprender.
Es cierto. La cerveza es un magnífico acompañante para los platos más exquisitos, o incluso para los platos más sencillos. Muchos de vosotros cuando venís ala tienda y me decís que queréis una cerveza para cenar, no me tiro el royo ni estoy intentando que me invitéis a vuestros hogares a compartir plato con la pregunta "¿Qué vas a cenar?". Realmente me interesa que os llevéis una grata sensación a acompañar una cena con una cerveza adecuada. Puede parecer una tontería para ojos de los profanos, pero no lo es en absoluto.
Bajo este mismo "mantra" nos movemos muchas personas. Queremos dar a conocer este producto como un aliado para la cocina creativa, o incluso, para la cocina más casera o sencilla. Sentimos la necesidad de que el mundo comprenda que no siempre hay que sentarse a la mesa con un vino tinto de Somontano para degustar una carne de caza, ni un albariño para acompañar una mariscada. Hay mucho más.
Esas personas de las que hablo nos hemos reunido (no todas, evidentemente o no habría sala donde meternos...). Nos hemos juntado y hemos participado en el primer concurso de Sommeliers de cerveza que se ha organizado aquí, bajo el título de Nas d'escuma.
El concurso lo han organizado los muchachos de Homo Sibaris, un pequeño taller culinario donde se entrelaza la cerveza artesana y la cocina. Han participado en calidad de patrocinadores del evento: Pilsner Urquel (regalo de un viaje a república checa para visitar Paga y la fábrica de Pilsner Urquel con los gastos pagados al primer clasificado). El "Gremi d'Elavoradors de Cervesa Artesana i Natural" o GECAN (1000€ para el primer clasificado). "Gruit Projects" (con 300€ para el segundo clasificado). J. Loca, (un artista barcelonés que ha donado una obra de arte dedicada al lúpulo, para el segundo clasificado). "La cuina de l'Uribou" (para el tercer clasificado, una cena en uno de los restaurantes japoneses con mejor recomendación, donde además sirven cervezas artesanales, todo un logro en el mundo de la hostelería, y cuyo ejemplo espero se extienda). Gothia Launia, una cervecera artesana barcelonesa que ha ayudado a hacer posible el evento con su patrocinio. Todo esto en una de las salas del Col·legi d'ingeniers Agrònoms de Catalunya, que han tenido la amabilidad de acogernos y aguantar nuestras idas y venidas todo el día.
Estas son las vistas que he podido disfrutar durante los ratos de espera.
Es cierto. La cerveza es un magnífico acompañante para los platos más exquisitos, o incluso para los platos más sencillos. Muchos de vosotros cuando venís ala tienda y me decís que queréis una cerveza para cenar, no me tiro el royo ni estoy intentando que me invitéis a vuestros hogares a compartir plato con la pregunta "¿Qué vas a cenar?". Realmente me interesa que os llevéis una grata sensación a acompañar una cena con una cerveza adecuada. Puede parecer una tontería para ojos de los profanos, pero no lo es en absoluto.
Bajo este mismo "mantra" nos movemos muchas personas. Queremos dar a conocer este producto como un aliado para la cocina creativa, o incluso, para la cocina más casera o sencilla. Sentimos la necesidad de que el mundo comprenda que no siempre hay que sentarse a la mesa con un vino tinto de Somontano para degustar una carne de caza, ni un albariño para acompañar una mariscada. Hay mucho más.
Esas personas de las que hablo nos hemos reunido (no todas, evidentemente o no habría sala donde meternos...). Nos hemos juntado y hemos participado en el primer concurso de Sommeliers de cerveza que se ha organizado aquí, bajo el título de Nas d'escuma.
El concurso lo han organizado los muchachos de Homo Sibaris, un pequeño taller culinario donde se entrelaza la cerveza artesana y la cocina. Han participado en calidad de patrocinadores del evento: Pilsner Urquel (regalo de un viaje a república checa para visitar Paga y la fábrica de Pilsner Urquel con los gastos pagados al primer clasificado). El "Gremi d'Elavoradors de Cervesa Artesana i Natural" o GECAN (1000€ para el primer clasificado). "Gruit Projects" (con 300€ para el segundo clasificado). J. Loca, (un artista barcelonés que ha donado una obra de arte dedicada al lúpulo, para el segundo clasificado). "La cuina de l'Uribou" (para el tercer clasificado, una cena en uno de los restaurantes japoneses con mejor recomendación, donde además sirven cervezas artesanales, todo un logro en el mundo de la hostelería, y cuyo ejemplo espero se extienda). Gothia Launia, una cervecera artesana barcelonesa que ha ayudado a hacer posible el evento con su patrocinio. Todo esto en una de las salas del Col·legi d'ingeniers Agrònoms de Catalunya, que han tenido la amabilidad de acogernos y aguantar nuestras idas y venidas todo el día.
Estas son las vistas que he podido disfrutar durante los ratos de espera.
Nos hemos presentado un total aproximado de 20-22 personas... No recuerdo bien. Tantos nervios pasan factura, jejeje.
No voy a engañaros. He perdido como un bellaco, pero me llevo algo mejor que el premio (bueno... casi tan bueno... en fin, a quien quiero engañar... el premio hubiera sido la leche): humildad, colegas y nuevas perspectivas de este mundo tan pequeño y que se nos va haciendo mayor poco a poco.
El nivel de los concursantes con los que he competido ha sido, sinceramente, aterrador. La inmensa mayoría eran productores, sommeliers y gente muy preparada. Solo una minoría nos hemos lanzado a la piscina sin flotador, pero oye, nos lo hemos pasado bien y hemos participado, y eso no nos lo quita nadie.
He conocido gente muy interesante, como por ejemplo un gran hombre del que quiero aprender más cosas: Gonzalo. Guardianes de la cerveza es su página de blogero. Me ha dado conversación y muchos datos interesantes que no serán desechados. Gracias Gonzalo. Sigue como hasta ahora.
Otro buen conocido, Edgar Rodriguez, sommelier del restaurante "El Racó d'en Cesc". Nos hemos dado tema durante un buen rato, y me gustaría poder visitar un día.
Espero poder coincidir con ellos siempre que nos sean favorables los vientos, entre otros también con Bernat, Sami, Javier, Ramón, Alex, Pablo... No se... Tantos nombres y tan poca memoria...
Lamentablemente, siendo eliminado en la mañana no he podido acceder a la posibilidad de ninguno de los premios, y he preferido no asistir a la entrega porque el deber me llama y la tienda es lo primero de la lista de cosas pendientes (y no quería morder a nadie :p ).
Los tres finalistas del concurso se han sido... ¡Trrrrrrtrrrrrtrrrrrrrtrrrrrrrrtrrrrrrtn! (redoble de tambores) Tercer premio, Joaquín Jané, con título de sommelier por el CETT y propietario de La cervecita nuestra de cada día. El segundo finalista, el maestro cervecero de Edbeer, Pablo Vijande, además de profesor en el VFC. Y el primer premio, para Edu, maestrazo de Cerveza Fort, que por lo que se aún le dura la alegría y la sorpresa.
Mi más sincera felicitación a los tres, espero que disfruten de sus premios y espero podamos vernos de nuevo en circunstancias más favorables para mi persona, porque me han machacado, jejeje.
Guardaré con cariño las nobles intenciones con las que se ha promovido esta actividad, y haré lo posible para que el año que viene la gente se interese más por este tema.
Me despido no sin antes dejaros en la memoria ocular un par de fotos de cómo se ha vivido esto. Sed todo lo buenos que yo no suelo ser. Salud y buena birra.
No voy a engañaros. He perdido como un bellaco, pero me llevo algo mejor que el premio (bueno... casi tan bueno... en fin, a quien quiero engañar... el premio hubiera sido la leche): humildad, colegas y nuevas perspectivas de este mundo tan pequeño y que se nos va haciendo mayor poco a poco.
El nivel de los concursantes con los que he competido ha sido, sinceramente, aterrador. La inmensa mayoría eran productores, sommeliers y gente muy preparada. Solo una minoría nos hemos lanzado a la piscina sin flotador, pero oye, nos lo hemos pasado bien y hemos participado, y eso no nos lo quita nadie.
He conocido gente muy interesante, como por ejemplo un gran hombre del que quiero aprender más cosas: Gonzalo. Guardianes de la cerveza es su página de blogero. Me ha dado conversación y muchos datos interesantes que no serán desechados. Gracias Gonzalo. Sigue como hasta ahora.
Otro buen conocido, Edgar Rodriguez, sommelier del restaurante "El Racó d'en Cesc". Nos hemos dado tema durante un buen rato, y me gustaría poder visitar un día.
Espero poder coincidir con ellos siempre que nos sean favorables los vientos, entre otros también con Bernat, Sami, Javier, Ramón, Alex, Pablo... No se... Tantos nombres y tan poca memoria...
Lamentablemente, siendo eliminado en la mañana no he podido acceder a la posibilidad de ninguno de los premios, y he preferido no asistir a la entrega porque el deber me llama y la tienda es lo primero de la lista de cosas pendientes (y no quería morder a nadie :p ).
Los tres finalistas del concurso se han sido... ¡Trrrrrrtrrrrrtrrrrrrrtrrrrrrrrtrrrrrrtn! (redoble de tambores) Tercer premio, Joaquín Jané, con título de sommelier por el CETT y propietario de La cervecita nuestra de cada día. El segundo finalista, el maestro cervecero de Edbeer, Pablo Vijande, además de profesor en el VFC. Y el primer premio, para Edu, maestrazo de Cerveza Fort, que por lo que se aún le dura la alegría y la sorpresa.
Mi más sincera felicitación a los tres, espero que disfruten de sus premios y espero podamos vernos de nuevo en circunstancias más favorables para mi persona, porque me han machacado, jejeje.
Guardaré con cariño las nobles intenciones con las que se ha promovido esta actividad, y haré lo posible para que el año que viene la gente se interese más por este tema.
Me despido no sin antes dejaros en la memoria ocular un par de fotos de cómo se ha vivido esto. Sed todo lo buenos que yo no suelo ser. Salud y buena birra.
Examen escrito. Muy chungo. |
Cata olfativa triangular. Un desastre para alguien congestionado... |
lunes, 7 de octubre de 2013
Hoy solo agüita fresca...
Hola, queridos todos. Estamos a lunes y como cada día me he levantado para venir a trabajar. Evidentemente a primera hora, salvo algún día puntual en el que me rompe la norma, no entra ni el aire, y es por eso por lo que le dedico la primera hora a hacer recuentos, cálculos, pasar a limpio pedidos futuros, etc. Hoy no estoy para esas cosas. Prefiero sentarme y ponerme a explicar porqué hoy (y muy posiblemente el resto de la semana) solo voy a beber agua.
Como pocos sabréis, este fin de semana han convergido los astros, marte se ha alineado con Plutón, y la luna ha salido por la mañana. Todas esas cosas han hecho posible algo que últimamente no consigo hacer ni de Blas: Ir a un festival de cervezas.
La mala leche me la he cogido cuando he querido acercarme al festival de Les Corts. Era en sábado, y yo los sábados los trabajo... Debí haberme apuntado al calendario Hebreo... En fin. Lo bueno y lo que me calmó y animó es que el festival de Sabadell estuvo durante 3 días: Viernes, Sábado y Domingo. Yo no trabajo los Domingos, porque soy una tienda, por mucho que algunos de mis allegados se empecinen en que tengo un bar... Volviendo al tema que me desvío... Yo el Domingo tengo fiesta, así que después de comer en casa de la abuela para su cumpleaños (Felicidades Yaya), tomarme una Rosita d'ívori y ver aterrado cómo la familia se la pimpla sin miramientos directamente de la botella, comer como un cochino, tomarme un Chivas 12 (soy más de Knockando 21, pero en fin) ir a casa y dejar a mi amante esposa corrigiendo trabajos de sus alumnos, me lancé a la aventura de coger un tren y plantarme en Sabadell Centre donde en el recinto ferial, aislado del mal tiempo me esperaban los restos de la Fira de Cervesa Artesana de Sabadell.
Digo los restos, porque solo pude estar las últimas cuatro horas del festival, lo que implica que si se acaba un barril de alguna que querías catar, pues como que vas y te j***s. En fin.
La bendición y la maldición de ser un profesional de las cervezas, es que lo más probable es que acabes no pagando por nada, o por casi nada. Parece complejo pero no lo es. Es una bendición porque bebes y no pagas, es una maldición porque bebes y bebes intentando probar el máximo de cervezas sin morir en el intento, y cuando tienen tantas variedades... es casi imposible.
La primera parada, fue la recogida de mi vaso. Tengo la costumbre de comprar siempre el vaso por dos cosas básicas: sin vaso no ponen cerveza y los colecciono. Pasada la entrada, intentando saludar a uno de mis proveedores, acabé por pasar de largo. Tenía demasiada gente y no quería estorbar. Segunda parada: La Moska de Girona. Maldita sea mi mala memoria para los nombres... Me tomé la primera. Una torrada. De hecho, fue la primera que me bebí en el festival y coincidió con la primera cerveza que caté de La Moska de Girona hace ya bastante, y que lejos de sorprenderme, me gustó tanto o más que el primer día.
Alex. Siempre que Alex va un festival, si puedo ir, voy a saludarlo. Esta vez comparte parada con los chicos de Birra 08.
Me pone una Glops Munich by the face. Hablamos y reímos. Otra, que la tarde es joven y el tío esta loco. Unas bromas, unas confidencias y una advertencia: "Macho, como no te cuides un día te van a encontrar flotando bocabajo en una cuba de fermentación". La réplica: "Psh... Que si he de escoger... es una buena forma". Está como una puñetera cabra, pero le tengo mucho cariño. Bromas grotescas y bizarras dignas de dos personajes como Alex y yo. Apuro mi vaso y me niego a seguir bebiendo la deliciosa Munich que con tanto ahínco me ofrece.
Me voy que si no no pruebo otras cosas y paso a saludar a la encantadora pareja de As. Una IPA para el cuerpo, las otras dos ya las he probado y me encantan. Más bromas, un poco de charla productiva y me largo a otro puesto. Sinceramente, no recuerdo a cual... Creo que acabé hablando con Aràn, de la cervecera suriana La Pirata, donde estaba dispuesto a tomarme una saison (Mayo), pero el muy bellaco me informa de que se le ha acabado el barril y me regala una botella... ¿Veis como es mala persona? Si ya lo dije yo en la entrada "¡¡¡Yo os maldigo (pero con amor y cariño, que conste en acta)!!!". Un poco de charla con un señor con más barba que yo y con una melopea mayor que la mía, el cual me informa de que no está de acuerdo con el eslogan de su camiseta que rezaba en inglés "No desperdicies agua, bebe Chouffe". Por lo visto no me gusta la Chouffe... ¿Qué le vamos a hacer? Me bebo mi AIPA y continuo la charla con Ana, una encantadora muchacha de Nogne en la parada de La Pirata. Creo que he bebido bastante y tras despedirme con un "choca esos cinco" continuo la aventura.
Me detengo en L'Anjub, los cuales no me conocían, pero eso no fue problema para servirme un par de sus magnificas cervezas y que espero tener dentro de poco en tienda. Charla trascendente y no tan trascendente. Voy ya un poco malamente y no controlo mis nervios. Me emociono cada vez que me meto en la boca su caldo... "-Vas nerviós, eh? jejeje. -Sí, es que m'emociono". Me acabo la negra excelente y me despido para acabar en La Petra. El muchacho me recuerda vagamente, pero sabe que me ha visto en alguna parte en algún momento de su vida. Poca charla, muy correcto, intercambiamos tarjetas (como llevo toda la noche haciendo), me acabo su triple IPA (creo que esa eso) y aparece uno de los malvados de Les Clandestines de Montferri, con sus malvadamente estupendas birras. Acometo verbalmente contra su Gaianada 1921, por provocarme exceso de placer el día que la probé y se ríe. Me invita a su parada y continuamos la charla con otra maldita Gaianada que me estremece de placer y me pone más nervioso de lo que ya estoy. Me largo antes de que intente hacerme algo peor, como ponerme una Atheus o qué se yo... Son como los camellos: Te dan una y ya estas enganchado, y ya no puedes parar de cogerles. Son malvados.
Más allá de eso, creo que acabé en la parada de mi querido competidor, Jordi Expósito. Digo querido de verdad. Es un buen tío y él ya sabe mis opiniones sobre la fauna que puebla este mundillo. Aprovecho y lo saludo, por si me lee. ¡Hey, hola, Jordi!
Volvamos: me colé con Curro, otro de mis proveedores en su parada y estuvimos bebiendo un poco de checas. Muy buenas. No excelentes, pero sí muy buenas. Una que me dejó un poco descolocado fue una elaborada con panal de abejas. Con toda la contra de ser predeciblemente dulce, tenía un punto ácido muy ligero debido a que no esta echo con miel, sino con los panales. Curiosa y buena.
Prosigo antes de que se acabe la noche, que es corta y voy a que uno de mis proveedores me regale una copa de la lager de Harvestoun. Me gusta el color y el aroma. Me encanta el sabor. Como todas las de Harvestoun, estupenda. Me como su queso y me bebo su cerveza. Ya hablaremos.
Me paso por la parada de La Brava. Mi cuñada me prometió una cerveza si me pasaba y decía que la conozco. Cumplieron. Es estupenda esa cerveza con jengibre que me dieron. Hubiera estado mejor con un poco de sushi, pero no estaba en el lugar adecuado. Me regalan dos de sus cervezas para que las pruebe en casa, me acabo la que tengo y me despido tras hacer algunas bromas picantonas.
Poca cosa recuerdo... Creo que Alex me encontró medio perdido y me amenazó con otra cerveza gratis. Esta vez, en una parada que no es la suya. Toma, bebe.
Te quiero, Matilda. Me has enamorado. Pero es un amor solo para nosotros. Es sincero, puro y complejo. En el barrio no te entenderían. No están preparados para tenerte. Así se lo hago saber a su hacedor.
Me explico: Matilda es (creo) la última creación de Art Cervesers. Una excelente Wild Ale que sinceramente no puedo recordar entera por su increíble complejidad y porque mi memoria recuerda flashes visuales, pero ya está. El comentario de la noche que me acabó de poner tontorrón fue, con sincera admiración por parte de mi interlocutor, "Que ets somiller?" (¿Que eres somelier?), cuando empecé a describirla. Tuve que decir que ojalá, porque seguramente me van a machacar en Nas d'escuma viendo el percal y quienes se presentan...
Me voy echando chispas a mear por nonagésima vez en la tarde y me encuentro con Vijande, el maestro cervecero vaciando la maquinaria de refrigeración. Un poco de charla rápida mientras acabo de lavarme las manos, me regala una botella de EdBeer como tarjeta de visita cuando nos acercamos a su coche, que está dentro del recinto para facilitar la carga de los bártulos, se lo agradezco y le comento que ya nos veremos en Nas d'escuma, cuando me muela a palos (esto último solo lo pienso, no se lo digo).
Ayudo a cargar una máquina refrigeradora a Alex y me voy yendo. Acabo por fin en la parada de Binefa y lo saludo. Me regala otra cerveza. Esta vez una Ibuprofano de Reptilian. Voy cargado como las mulas con tanta botella.
Me han faltado cervezas que probar y gente con la que hablar, pero con solo 4 horas, es muy difícil hacer el trabajo. Sólo un Papa Noel sería capaz de haberlo conseguido, pero no se da el caso.
Me largo feliz y contento a casa con la esperanza de llegar. Llego. Se acabó el fin de semana, maldita sea...
Bueno. Esa es la razón por la que estoy a dieta de agua parafraseando a mi grupo favorito, Els Pets:
"Dilluns vas de resaca, no t'has recuperat. Dimarts mires que et queda, i és una eternitat".
Portaros bien, y si me visitáis, traedme un protector de estómago, que no me irá mal...
P.D: El resumen del festival, no incluye los comentarios del director, por ser demasiado bárbaros y excesivamente bastos. Pero tranquilos, amados míos, no necesitáis saberlo todo, o me dejaríais de ver con buenos ojos.
P.P.D: Se que las fotos no son gran cosa, pero es que no me acuerdo nunca de que mi móvil lleva cámara...
Como pocos sabréis, este fin de semana han convergido los astros, marte se ha alineado con Plutón, y la luna ha salido por la mañana. Todas esas cosas han hecho posible algo que últimamente no consigo hacer ni de Blas: Ir a un festival de cervezas.
La mala leche me la he cogido cuando he querido acercarme al festival de Les Corts. Era en sábado, y yo los sábados los trabajo... Debí haberme apuntado al calendario Hebreo... En fin. Lo bueno y lo que me calmó y animó es que el festival de Sabadell estuvo durante 3 días: Viernes, Sábado y Domingo. Yo no trabajo los Domingos, porque soy una tienda, por mucho que algunos de mis allegados se empecinen en que tengo un bar... Volviendo al tema que me desvío... Yo el Domingo tengo fiesta, así que después de comer en casa de la abuela para su cumpleaños (Felicidades Yaya), tomarme una Rosita d'ívori y ver aterrado cómo la familia se la pimpla sin miramientos directamente de la botella, comer como un cochino, tomarme un Chivas 12 (soy más de Knockando 21, pero en fin) ir a casa y dejar a mi amante esposa corrigiendo trabajos de sus alumnos, me lancé a la aventura de coger un tren y plantarme en Sabadell Centre donde en el recinto ferial, aislado del mal tiempo me esperaban los restos de la Fira de Cervesa Artesana de Sabadell.
Digo los restos, porque solo pude estar las últimas cuatro horas del festival, lo que implica que si se acaba un barril de alguna que querías catar, pues como que vas y te j***s. En fin.
La bendición y la maldición de ser un profesional de las cervezas, es que lo más probable es que acabes no pagando por nada, o por casi nada. Parece complejo pero no lo es. Es una bendición porque bebes y no pagas, es una maldición porque bebes y bebes intentando probar el máximo de cervezas sin morir en el intento, y cuando tienen tantas variedades... es casi imposible.
La primera parada, fue la recogida de mi vaso. Tengo la costumbre de comprar siempre el vaso por dos cosas básicas: sin vaso no ponen cerveza y los colecciono. Pasada la entrada, intentando saludar a uno de mis proveedores, acabé por pasar de largo. Tenía demasiada gente y no quería estorbar. Segunda parada: La Moska de Girona. Maldita sea mi mala memoria para los nombres... Me tomé la primera. Una torrada. De hecho, fue la primera que me bebí en el festival y coincidió con la primera cerveza que caté de La Moska de Girona hace ya bastante, y que lejos de sorprenderme, me gustó tanto o más que el primer día.
Alex. Siempre que Alex va un festival, si puedo ir, voy a saludarlo. Esta vez comparte parada con los chicos de Birra 08.
Me pone una Glops Munich by the face. Hablamos y reímos. Otra, que la tarde es joven y el tío esta loco. Unas bromas, unas confidencias y una advertencia: "Macho, como no te cuides un día te van a encontrar flotando bocabajo en una cuba de fermentación". La réplica: "Psh... Que si he de escoger... es una buena forma". Está como una puñetera cabra, pero le tengo mucho cariño. Bromas grotescas y bizarras dignas de dos personajes como Alex y yo. Apuro mi vaso y me niego a seguir bebiendo la deliciosa Munich que con tanto ahínco me ofrece.
Me voy que si no no pruebo otras cosas y paso a saludar a la encantadora pareja de As. Una IPA para el cuerpo, las otras dos ya las he probado y me encantan. Más bromas, un poco de charla productiva y me largo a otro puesto. Sinceramente, no recuerdo a cual... Creo que acabé hablando con Aràn, de la cervecera suriana La Pirata, donde estaba dispuesto a tomarme una saison (Mayo), pero el muy bellaco me informa de que se le ha acabado el barril y me regala una botella... ¿Veis como es mala persona? Si ya lo dije yo en la entrada "¡¡¡Yo os maldigo (pero con amor y cariño, que conste en acta)!!!". Un poco de charla con un señor con más barba que yo y con una melopea mayor que la mía, el cual me informa de que no está de acuerdo con el eslogan de su camiseta que rezaba en inglés "No desperdicies agua, bebe Chouffe". Por lo visto no me gusta la Chouffe... ¿Qué le vamos a hacer? Me bebo mi AIPA y continuo la charla con Ana, una encantadora muchacha de Nogne en la parada de La Pirata. Creo que he bebido bastante y tras despedirme con un "choca esos cinco" continuo la aventura.
Me detengo en L'Anjub, los cuales no me conocían, pero eso no fue problema para servirme un par de sus magnificas cervezas y que espero tener dentro de poco en tienda. Charla trascendente y no tan trascendente. Voy ya un poco malamente y no controlo mis nervios. Me emociono cada vez que me meto en la boca su caldo... "-Vas nerviós, eh? jejeje. -Sí, es que m'emociono". Me acabo la negra excelente y me despido para acabar en La Petra. El muchacho me recuerda vagamente, pero sabe que me ha visto en alguna parte en algún momento de su vida. Poca charla, muy correcto, intercambiamos tarjetas (como llevo toda la noche haciendo), me acabo su triple IPA (creo que esa eso) y aparece uno de los malvados de Les Clandestines de Montferri, con sus malvadamente estupendas birras. Acometo verbalmente contra su Gaianada 1921, por provocarme exceso de placer el día que la probé y se ríe. Me invita a su parada y continuamos la charla con otra maldita Gaianada que me estremece de placer y me pone más nervioso de lo que ya estoy. Me largo antes de que intente hacerme algo peor, como ponerme una Atheus o qué se yo... Son como los camellos: Te dan una y ya estas enganchado, y ya no puedes parar de cogerles. Son malvados.
Más allá de eso, creo que acabé en la parada de mi querido competidor, Jordi Expósito. Digo querido de verdad. Es un buen tío y él ya sabe mis opiniones sobre la fauna que puebla este mundillo. Aprovecho y lo saludo, por si me lee. ¡Hey, hola, Jordi!
Volvamos: me colé con Curro, otro de mis proveedores en su parada y estuvimos bebiendo un poco de checas. Muy buenas. No excelentes, pero sí muy buenas. Una que me dejó un poco descolocado fue una elaborada con panal de abejas. Con toda la contra de ser predeciblemente dulce, tenía un punto ácido muy ligero debido a que no esta echo con miel, sino con los panales. Curiosa y buena.
Prosigo antes de que se acabe la noche, que es corta y voy a que uno de mis proveedores me regale una copa de la lager de Harvestoun. Me gusta el color y el aroma. Me encanta el sabor. Como todas las de Harvestoun, estupenda. Me como su queso y me bebo su cerveza. Ya hablaremos.
Me paso por la parada de La Brava. Mi cuñada me prometió una cerveza si me pasaba y decía que la conozco. Cumplieron. Es estupenda esa cerveza con jengibre que me dieron. Hubiera estado mejor con un poco de sushi, pero no estaba en el lugar adecuado. Me regalan dos de sus cervezas para que las pruebe en casa, me acabo la que tengo y me despido tras hacer algunas bromas picantonas.
Poca cosa recuerdo... Creo que Alex me encontró medio perdido y me amenazó con otra cerveza gratis. Esta vez, en una parada que no es la suya. Toma, bebe.
Te quiero, Matilda. Me has enamorado. Pero es un amor solo para nosotros. Es sincero, puro y complejo. En el barrio no te entenderían. No están preparados para tenerte. Así se lo hago saber a su hacedor.
Me explico: Matilda es (creo) la última creación de Art Cervesers. Una excelente Wild Ale que sinceramente no puedo recordar entera por su increíble complejidad y porque mi memoria recuerda flashes visuales, pero ya está. El comentario de la noche que me acabó de poner tontorrón fue, con sincera admiración por parte de mi interlocutor, "Que ets somiller?" (¿Que eres somelier?), cuando empecé a describirla. Tuve que decir que ojalá, porque seguramente me van a machacar en Nas d'escuma viendo el percal y quienes se presentan...
Me voy echando chispas a mear por nonagésima vez en la tarde y me encuentro con Vijande, el maestro cervecero vaciando la maquinaria de refrigeración. Un poco de charla rápida mientras acabo de lavarme las manos, me regala una botella de EdBeer como tarjeta de visita cuando nos acercamos a su coche, que está dentro del recinto para facilitar la carga de los bártulos, se lo agradezco y le comento que ya nos veremos en Nas d'escuma, cuando me muela a palos (esto último solo lo pienso, no se lo digo).
Ayudo a cargar una máquina refrigeradora a Alex y me voy yendo. Acabo por fin en la parada de Binefa y lo saludo. Me regala otra cerveza. Esta vez una Ibuprofano de Reptilian. Voy cargado como las mulas con tanta botella.
Me han faltado cervezas que probar y gente con la que hablar, pero con solo 4 horas, es muy difícil hacer el trabajo. Sólo un Papa Noel sería capaz de haberlo conseguido, pero no se da el caso.
Me largo feliz y contento a casa con la esperanza de llegar. Llego. Se acabó el fin de semana, maldita sea...
Bueno. Esa es la razón por la que estoy a dieta de agua parafraseando a mi grupo favorito, Els Pets:
"Dilluns vas de resaca, no t'has recuperat. Dimarts mires que et queda, i és una eternitat".
Portaros bien, y si me visitáis, traedme un protector de estómago, que no me irá mal...
P.D: El resumen del festival, no incluye los comentarios del director, por ser demasiado bárbaros y excesivamente bastos. Pero tranquilos, amados míos, no necesitáis saberlo todo, o me dejaríais de ver con buenos ojos.
P.P.D: Se que las fotos no son gran cosa, pero es que no me acuerdo nunca de que mi móvil lleva cámara...
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martes, 1 de octubre de 2013
El sabor perdido, un poco de historia.
Hola queridos todos.
Esta entrada contiene un pedacito muy, pero que muy breve de historia. Y como siempre pasa, la historia depende de quién la cuente. Yo, no soy historiador y no me muevo por instintos de conservación de los principios propios, ya que mis principios, si no os gustan, tengo otros (como argumentaba Groucho Marx). Es por eso, que me voy a ceñir a transmitir todo cuanto he leído y se me ha comunicado de forma verbal (cómo manda la tradición hebrea).
En el principio, la cerveza era un alimento de consumo cotidiano en muchas culturas. Desde la antigua Mesopotamia hasta no hace tantos siglos, era un producto que se elaboraba con diferentes usos y aplicaciones. Entre ellos, uno de los más extendidos era ser ofrendada a los dioses.
Y no solo se relaciona este bebedizo con ceremonias religiosas, ya que también ha pasado por la medicina como tónico y reconstituyente, aplicaciones cosméticas, base de elaboración de algunos platos, etcétera.
En los conventos de monjes y frailes, la cerveza estaba considerada un elemento primordial en la vida cotidiana. Tengo entendido, y no creo equivocarme cuando digo que habían 3 tipos: La Prima melior, reservada para los señores y huéspedes importantes. La secunda, reservada a los hermanos. Y la ternia, consumida por los peregrinos. En la cuaresma, no se permitía ingerir sólidos y habían de sobrevivir esos
40 días de ayuno con tan solo 4 litros de este brebaje como único alimento diario. Tengamos en cuenta, que estamos hablando de cervezas que se podrían cortar con el borde de una cuchara sopera, con lo que hablamos de grandes cantidades de alimento en cada trago, pero también de unas graduaciones alcohólicas elevadas, con lo que no me extraña que muchos hicieran boto de silencio (por si decían tonterías), jejeje.
Antes de la llegada del lúpulo, como conservante, a la cerveza se le añadía gruit, una mezcla especifica de hiervas elaborada expresamente para eso. Su receta se basaba en hojas , raíces, bayas y semillas de diversas plantas que conferían sus propiedades al caldo. Las cantidades dependían de la receta, que por lo general, eran secretas y solo el maestro gruitero era capaz de elaborarlo.
Eso empezó a cambiar con la llegada del lúpulo y su introducción como alternativa más económica y fácil.
Aquí viene la controversia...
La cerveza, comenzó contener lúpulo a partir del siglo catapún chimpún. Siento ofrecer esta porquería de concreción en la cronología, pero es que no hay quien se aclare con las fechas cuando unos dicen que comenzó allá por el siglo VIII y otro dicen que fue en el siglo X... Lo que está más que claro es que fue a finales de la Alta Edad Media. Hasta unos siglos después, más concretamente en el S.XII (de esto nadie tiene discusión) no se constituyó como único aditivo de la cerveza haciendo las veces de conservante, aromatizante y saborizante.
Durante esos siglos, la producción de cerveza tenía dos estilos que "convivían" como podían: El elaborado con grut/gruut/gruit/o como quieran llamarlo los "entendidos", y el elaborado con lúpulo.
Volvemos con la controversia, porque nadie se pone de acuerdo en el origen real de la adición de esta flor resinosa a la receta, ya que unos alegan que fueron los monjes, conocedores de las propiedades de esta planta (como buenos boticarios y herboristas). Otros que fue una monja del convento de San Ruprechtsberg, en Suiza (Sor Hildegarde), la que lo hizo, el secreto se escapó de las paredes del convento de alguna manera. Otros aseguran que fueron los escandinavos los que introdujeron esta planta en Europa como aditivo... Yo, no soy nadie para decir quién fue y cómo lo hizo. Solo puedo dejar los conocimientos adquiridos para que vosotros, mis queridos os hagáis una idea aproximada. Además, no he abierto esta entrada para hablar del lúpulo, sino del (como se conoce en la península) gruit.
El tiempo a causado cambios considerables en las recetas y en el producto que nos llega hoy a nuestras bocas. Podríamos considerar que para mejor, pero eso no lo sabremos nunca, porque no podemos catar esas antiguas recetas. Un que, ahora tenemos la posibilidad de darnos una alegría con "Gruit, El sabor perdido".
Gruut, (o Gruit, tan y como se comercializa aquí), es una pequeña brouwerij belga que ha recuperado esas antiguas recetas del grut y lo ha substituido por el bien amado humulus lupulus del que tanto se depende para hacer cerveza. Ya se que no es lo mismo que probar las antiguas, pero casi me alegro, porque ya sabemos que durante largo tiempo hemos adaptado nuestros paladares a sabores más refinados, y dudo que tuviéramos cuerpo para catar una jarra de esos brebajes de antaño, ya que según se entiende, eran algo más fuertes en sabor y densidad.
Con cinco variedades (cuatro de ellas sin naaaaaaaaada de lúpulo (tan solo Inferno lleva un poco para amargar) se ha introducido en el mercado haciéndose un hueco en nuestros paladares.
Parafraseando a Àngel Llacer, soy fan, fan, pero fan de poster. Sobre todo de la Amber. No es ningún secreto que me encantan las rojas y las ambarinas. A mi santa madre, le pirra la Bruine, y así me lo hace saber caaaaaaaaada vez que pasa por mi tienda a llevarse alguna cerveza para la cena. Tengo un cliente que cuando viene, se lleva dos o tres de la Wit. Las que menos éxito tienen, son la Blonde y la Inferno. No por ser malas cervezas (que si lo fueran ya digo que no las tendría en la tienda), simplemente es porque la gente de por aquí prefiere tostadas, y la Inferno... son 9 grados de cerveza rubia dorada algo amarga y cuesta... Los que quieren cervezas fuertes prefieren Duvel, Judas, Gulden Draak, etcétera. Como me ha comentado un cliente hace menos de una hora, para gustos, colores. Y yo siempre digo, para gustos, estilos.
Bueno señores. No me quiero entretener más que me hago largo y pesado.
Espero que os guste la entrada del blog, si no os gusta, os aconsejo leer otras entradas, que seguro os satisfarán más.
Buena semana, buena birra y no hagáis maldades, como dejar caer una cerveza (excepto si es una Cruzcampo, si es una Cruzcampo podéis romper todo un lineal. Eso sí, luego apoquinad con las consecuencias).
Ubicación:
Carrer d'Andrade, 8, 08018 Barcelona, España
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